Hay que resaltar una distinta orografía y paisaje dependiendo de si vamos a la costa occidental u oriental. Tomando la ciudad de FARO como punto intermedio, decir que la costa este hacia España destaca por ser llana, con largas playas de arena, con un ambiente más tranquilo y menos turistico.
Por el contrario, la costa oeste, de Faro al Cabo de San Vicente, se eleva, encontramos acantilados que van aumentando de tamaño, y por tanto, calas y playas recónditas, a las que hay que acceder bajando escaleras. Cuanto más bonita sea la cala, debemos saber que más escaleras tendremos que bajar.
De igual modo, las localidades de esta zona occidental, son más populosas y turísticas, especialmente Albufeira. Lagos y Portimao. Poblaciones éstas donde encontraremos en ocasiones un desarrollo urbanístico similar al del Litoral de España.
Resumiendo, y de Este a Oeste, podemos enumerar una lista de las principales localidades, con sus particularidades:
- VILLA REAL DE SAN ANTONIO: singular villa concebida por el Marques de Pombal. Centro peatonal, agradable plaza del Marques de Pombal, comercios de objetos autóctonos. Es fácil encontrar a muchos españoles, sobre todo jubilados, que cruzan la frontera en barco por el Guadiana, y vienen a pasar la tarde y tomarse un café. Es una localidad en la que no hay mucho que ver salvando el cogollo peatonal. Tiene varios supermercados como Lidl o Intermarché.
- MONTE GORDO: localidad costera, con una amplia playa y bares y restaurantes en su costa. A un kilómetro, en su interior, una vida más de pueblo con casas y hostales a uno y otro lado de la Nacional, como he mencionado más arriba.
- TAVIRA: Primera localidad viniendo desde España de visita obligada. Es tranquila y agradable, separada en dos barrios por el río. Merece la pena perderse por sus callejuelas de casas blancas, descubrir su plazas y cruzar el Puente Viejo
Tavira además cuenta con una playa en una isla, la llamada Ihla de Tavira. Un arenal de 10 km. de largo que forma parte del Parque Nacional de Ria Formosa. Para llegar a esta lengua de arena hay dos opciones: tomar una barca desde el muelle sobre el río, o desplazarse a la cercana pedanía de Santa Luzía y tomar un trenecito (1,20€ por trayecto), que nos llevará a la zona más occidental de la Isla. Podremos dejar el coche con suerte en los márgenes de la carretera de donde sale el tren.
Si nos decidimos por esta opción, una vez en la playa (tiene varios chiringitos), podemos caminar un poco y alejarnos lo suficiente para estar completamente solos. La recompensa será un paisaje como este:
- FARO: Es la ciudad capital del Algarve, grande para lo que son las localidades en el Algarve. Como otras, tiene calles peatonales y grandes plazas y avenidas. Merece la pena ver la Catedral (Sé) y el Arco Da Vila, una de las puertas de acceso a la ciudad, y poco más. En verano resulta algo tedioso por el calor recorrer sus calles.
En la línea de la Ihla de Tavira; Faro también tiene su Ihla de Faro. Para llegar a la playa, extenso arenal, hay que tomar una carretera muy transitada, en la que se genera cierto atasco por un estrechamiento de la calzada justo al llegar a la playa. La última hora de la tarde es la más cocurrida, ya que también hay restaurantes en la playa y mucha gente acude allí a cenar. A cambio, podremos ver un bello atardecer en el margen derecho si nos encontramos con el mencionado atasco:
- ALBUFEIRA: Es algo así como el Benidorm del Algarve, en cuanto a turismo se refiere. Impresiona cuando se descubre, si se ha venido visitando las localidades más tranquilas desde España. Mucho guiri por tanto, pero también aspectos destacables. Posee una curiosa y pintoresca orografía elevada, lo que hace que muchos rincones y miradores sean punto de encuentro de turistas cámara en mano. Tiene numerosas playas, pero además un casco antiguo repleto de vida, callejuelas de casas blancas, comercios de souvenirs, restaurantes, tiendas... recuerda un poco al casco antiguo de Altea en Alicante.
Al tratarse de un destino de turismo internacional, la oferta en hosteleria y restauración es amplia y orientada hacia los turistas ingleses y alemanes especialmente. Hay una calle a la que se llama "la calle de los bares", llena de pubs de tipo británico.
Como decía, la estampa visual impresiona en aspectos como el ascensor acristalado para bajar al playa más grande de Albufeira, la Praia do Peneco.
Si continuamos el camino, nos encontraremos unas escaleras mecánicas que, además de hermosas vistas, nos darán acceso a otra gran playa, la Praia de Inatel
A no ser que os gusten los grandes arenales a rebosar de gente, os recomiendo lo mejor de Albufeira: Praia dos Aveiros y Praia de Oura: La segunda una cala grande y edificada, y la primera una pequeña cala donde reina la tranquilidad, y donde podréis alejaros un poco para divisarla mejor si optais por caminar por la ladera rocosa:
Como ya mencioné en otra entrada, cuidado con el mar, la marea sube progresivamente conforme avanza el día y es fácil que en estas calas acabéis sorprendidos y con la toalla empapada si estáis tumbados en la arena. Las hamacas de alquiler son una buena opción y ofrecen el aliciente de la sombra para los que no gusten tanto de broncearse o tengan piel delicada. El sol pega fuerte aquí.
- PORTIMAO: Ciudad importante por la pesca y el turismo, tiene un desarrollo en barrios que se extienden hacia el litoral con edificios que recuerdan mucho a los de la costa levantina en España. Por tanto, poco interés en ese aspecto, más sí en sus playas. Praia da Rocha, grande y edificada y sin mucho encanto. Suele tener actividades musicales y animación en verano.
Para ver playas con encanto, no edificadas y con rocas, tenemos que ir a las siguientes: Praia Tres Castelos, Praia de Vau, Praia Careanos, donde las formaciones rocosas han hecho uno pasos naturales en la roca a modo de puertas, por donde todo el mundo gusta de pasar y fotografiarse. A esta corresponden las siguientes fotografías:
- LAGOS: Ciudad amurallada cargada de historia, merece una visita. Mucho más tranquila que Albufeira, se puede sentir paseando por sus calles el pulso lento de la vida en el Algarve. Cuenta con rincones atractivos y calles casi desiertas en cuanto nos alejemos del centro. Destacar su muralla, el Forte da Ponta da Bandeira o la Praça Infante Dom Henrique.
Como Portimao, lo mejor de Lagos se encuentra en sus playas. Las hay en el núcleo urbano, como Praia Batata o Meia Praia, o más alejadas requiriendo coger el coche, pero excepcionalmente singulares, como Praia Dona Ana, Praia do Camilo o Praia do Pinhao.
Destacar la primera y segunda, comunicadas, por su singularidad y fotogenia. Hay que bajar unas escaleras que no son costosas, y a cambio nos encontraremos en una preciosa cala de aguas claras, en donde se puede ir nadando a una formación rocosa donde los más atrevidos se suben a lo alto. Sin llegar a ese punto de valentía, si nos acercamos nadando a esta roca, divisaremos la pequeña cala do Camilo justo al lado, en una panorámica impagable de ambas.
Indispensable en un viaje al Algarve, y si estamos en la localidad de Lagos, es visitar la zona del Faro Ponta da Piedade, a 3 km de Lagos. Un paraje este espectacular, en el que nos maravillaremos según nos acerquemos a uno u otro lado del acantilado y veamos repartidos en el mar islotes de piedra formando cuevas de singular belleza. Hay una escalera para descencer si se desean paseos en barca por las diversas cuevas y grutas.
- SAGRES Y CABO SAN VICENTE: En su extremo occidental, la costa se torna acantilado, paisaje más agreste y localidades ajenas a turismo de masas. Debemos saber que en Sagres y el cercano Cabo de San Vicente (los separa una carretera de 6 km.), hace mucho viento, la temperatura es considerablemente inferior a la del resto del Algarve y las sensaciones pueden ser algo extrañas. Sagres es un pequeño pueblo de apenas 2000 habitantes, que se vertebra a uno y otro lado de la carretera. Es zona de surfistas y hippies, de amantes del viento y de viajeros desapegados a las comodidades y masificación de otras partes de Algarve. Insisto en lo del viento, conviene estar prevenidos o informarse de las previsiones, porque si sopla fuerte la sensación es algo desagradable, acrecentado por un paisaje en el que abundan los acantilados y las playas salvajes y en el que, llegado al límite del Cabo San Vicente, ya no hay nada más, sólo el inmenso océano.
En Sagres hay dos fortalezas que se pueden visitar, una es de pago.
Las playas, salvo Praia de Mareta y Praia Martinal, largos arenales, son de acceso complejo, con escaleras. Es el caso de Praia Beliche o Praia Tonel.
La belleza de la zona es singular y en estado puro. En el Cabo San Vicente dicen que se ven las puestas de sol más bellas de Europa. Es habitual que se congregue mucha gente a despedir el día viendo cómo el astro se oculta en el inmenso océano. Suele refrescar mucho incluso en verano, por lo que es necesario llevar algo de ropa de abrigo.
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