INTRODUCCION

Este blog pretende ser una sencilla guía de viaje para visitar la costa del Algarve, desde Ayamonte al Cabo de San Vicente. Información práctica y recomendaciones de los mejores enclaves de la costa.

domingo, 25 de agosto de 2013

VIAJAR AL ALGARVE, ASPECTOS PRACTICOS


  Algarve, que viene de Al-Gharb (en árabe el Oeste), es la zona sur de Portugal. Con una extensión de unos 160 km. de Este a Oeste, tiene una extensión de 4960 km2. Tiene un clima mediterraneo, de largos veranos, que se extienden prácticamente de abril a octubre, siendo el mes de agosto el más caluroso.
  Posee una perfecta combinación de naturaleza, espectaculares playas y ciudades con encanto.
 Si se desea visitar lo más significativo de la costa, desde la localidad de Villa Real de San Antonio (primer pueblo pasada la frontera por Ayamonte), hasta el Cabo San Vicente, punto más al suroeste de Europa, nos bastarán con seís dias o a lo sumo una semana.

 
 
   * Vayamos con los aspectos prácticos: en primer lugar, hay que cambiar la hora al reloj. Allí rige el mismo horario que en Canarias, así que un horita menos.

   * Segundo aspecto que trae de cabeza a muchos: el tema del peaje. Para recorrer el Algarve es ideal hacerlo en nuestro coche, por la cercanía con España. Entrando por la localidad onubense de Ayamonte, y atravesando el puente sobre el Guadiana, llegamos a Portugal. Encontraremos una especia de aduana, que no es tal, que limita la entrada al país.
  Para recorrer la costa tenemos dos opciones: la Nacional 125 y la Autovía de Peaje A22. La Nacional tiene tramos buenos y otros no tanto, además de que discurre por pueblos y hay muchas rotondas. Los kilómetros a recorrer, eso sí, son inferiores a los recorridos en Autovía. En términos generales se puede decir que para trayectos cortos (unos 50/60 km.), podemos usar la Nacional y para largas distancias o para volver por la noche a nuestro hotel si volvemos desde lejos, hacerlo por la Autovía.
  ¿Qué ocurre con la Autovía? Pues que es de peaje, e incorpora un moderno pero complicado sistema de telepeaje o pago. Es decir, no hay cabina de cobro como en España, ni barreras. Hay diversas páginas en internet donde se explica la forma de pagar, bien se viaje para una larga estancia, unos días, etc. Es justo decir que es complicado. Hay que asociar una tarjeta de crédito o alquilar un aparato de telepeaje para el coche, o comprar un bono en función de los días que se va a utilizar, etc.
  Al cruzar la frontera nos encontraremos con esto:


 
 
  Un gran cartel nos insta a que nos situemos en los carriles de la derecha si somos extranjeros. Aquí entra la decencia, candidez o astucia de cada uno. Realmente, puedes obviar esto y pasar por los carriles de la izquierda, libres y sin control, donde no se para y pasan coches constantemente en uno y otro sentido. Al ser un sistema de telepeaje, no haber cabinas de cobro y ser una concesión privada y no estatal, es normal encontar que la gente no paga. A diario pasan coches por esta frontera (insistir en que no es una aduana, no hay policía ni controles ni nada parecido), en uno y otro sentido. De hecho, muchos portugueses cruzan a repostar a España, porque eso es algo que hay que tener en cuenta también: la gasolina es más cara en Portugal (Unos 20/30 cts/litro). Más adelante os indico dónde está la gasolinera más barata en Ayamonte.
  Por tanto, podréis circular por la A22 libremente sin pagar nada si optáis por eludir ese complicado sistema de pago y siempre que vayáis con coche particular. Si alquiláis, deberéis pagar los peajes, porque las empresas de alquiler se encargarán de remitiros la consiguiente multa.
  En algunas páginas de internet se dice que hay coches de policia parando a vehículos con matricula extranjera.... basta con moverse por la A22 unos cuantos dias para darse cuenta de varias cosas: una, hay nula presencia policial. Y dos, se corre muchísmo, especialmente los portugueses. Si no os gusta ir por encima de 150 km/h, mejor echaros al carril de la derecha. Aquí corren hasta las furgonetas
 
 
  * Explicado el tema del peaje, vamos al de la gasolina. Como digo, es más cara que en España, con una gran variación incluso entre estaciones de servicio. Cuando yo estuve, Galp y BP eran las más caras.
  En Ayamonte hay una gasolinera que tiene el precio del combustible por debajo de la media en España, está en la Avenida de la Constitución. Hay dos en esta avenida. Una que está junto al Centro Comercial LAPLAZA y el Mercadona, y otra anterior llegando de Portugal (Hay que tomar la salida de Isla Canela viniendo de Portugal). Pues en esa. Como ejemplo, cuando yo estuve, el litro de gasolina 95 en esta gasolinera estaba a 1,40 €. En otras de España a 1,47. En Portugal entre 1,67 y 1,78 €. Si os hospedáis cerca de la frontera, merece la pena llenar el depósito del coche en esta gasolinera. Así disfrutáis del paso sobre el puente, especialmente al atardecer, con bonitas puestas de sol sobre el Guadiana.
 
  * Más cosas a tener en cuenta en el Algarve: es cierto, pueden ser  muy lentos en la hostelería. Hay que relajarse y pensar que se está de vacaciones. Es frecuente que si consumes tu bebida en una comida y pides una segunda, se olviden de traerla. Es frecuente que en un restaurante o terraza con no mucha gente y varios camareros, las cosas vayan incomprensiblemente lentas.
  En el tema del alojamiento. Hay una gran diferencia de precio entre temporada alta y baja. El mes de agosto es el más caro. Hay zonas más caras aún por su gran reclamo turístico internacional, como Albufeira o Portimao.
 
  * Al ser el Algarve poco extenso, no es desdeñable elegir un alojamiento en alguna pequeña localidad, con hoteles más modestos y a buen precio, y desde ahí desplazarse a diario a visitar localidades. Nada más cruzar la frontera, a pocos kilómetros, tenemos la localidad de Monte Gordo, que goza de una gran playa. En un tramo de la misma Carretera Nacional hay varios hotelitos o moteles de carretera, todos agrupados, equivalentes a dos estrellas en España, de atención familiar y ambiente agradable. Puedo recomendar el Hotel Marisol, con parking privado, habitaciones con aire acondicionado, baño completo y algo muy útil: una nevera en la habitación que se suma a una cocina completa en las dependencias del hotel, de uso para los clientes. Muy útil para calentarse el café del desayuno o hacerse la cena si se opta por comer fuera.
  En todo caso, si se desea algo más lujoso o alojarse en el centro de localidades más turísticas, el resto del Algarve ofrece una amplia oferta hotelera. Basta con mirar en páginas de reservas como Booking u Hotelius, donde además podremos tener una idea del establecimiento en función de las opiniones de otros usurios.
 
 
  * Otro aspecto práctico relativo a las playas: muchas o casi todas tienen delimitado el espacio para zona de sombrillas, zona de toallas y zona "concesionada" que la llaman allí, de alquiler de tumbonas. El precio del alquiler es similar al de España, costando una tumbona con sombra entre 5 y 7 euros diarios. Hay que tener en cuenta que en las playas, y especialmente en las calas, la marea sube rápido con el paso de las horas, por lo que es fácil verse alcanzado por el agua por lejos que creyera uno estar de la orilla.
  Decir también, especialmente en el lado occidental, que el agua cubre enseguida, apenas nos adentremos unos metros en el mar, por lo que hay que tener especial atención con los niños.
 
  * En el tema del idioma, es facil entenderse, casi toda la gente que os atienda en hostelería habla español. En todo caso, no está de más ser corteses y decir alguna palabra en portugués. Por la mañana Bon dia; por la tarde Boa tarde, y por la noche Boa noite. Gracias se dice obrigado si lo dice un hombre y obrigada si lo dice una mujer. Allí lo pronuncian casi sin la "o" inicial.
 
 


LA COSTA DEL ALGARVE, DE ESTE A OESTE


  Hay que resaltar una distinta orografía y paisaje dependiendo de si vamos a la costa occidental u oriental. Tomando la ciudad de FARO como punto intermedio, decir que la costa este hacia España destaca por ser llana, con largas playas de arena, con un ambiente más tranquilo y menos turistico.
  Por el contrario, la costa oeste, de Faro al Cabo de San Vicente, se eleva, encontramos acantilados que van aumentando de tamaño, y por tanto, calas y playas recónditas, a las que hay que acceder bajando escaleras. Cuanto más bonita sea la cala, debemos saber que más escaleras tendremos que bajar.
  De igual modo, las localidades de esta zona occidental, son más populosas y turísticas, especialmente Albufeira. Lagos y Portimao. Poblaciones éstas donde encontraremos en ocasiones un desarrollo urbanístico similar al del Litoral de España.
  Resumiendo, y de Este a Oeste, podemos enumerar una lista de las principales localidades, con sus particularidades:

    - VILLA REAL DE SAN ANTONIO: singular villa concebida por el Marques de Pombal. Centro peatonal, agradable plaza del Marques de Pombal, comercios de objetos autóctonos. Es fácil encontrar a muchos españoles, sobre todo jubilados, que cruzan la frontera en barco por el Guadiana, y vienen a pasar la tarde y tomarse un café. Es una localidad en la que no hay mucho que ver salvando el cogollo peatonal. Tiene varios supermercados como Lidl o Intermarché.

   - MONTE GORDO: localidad costera, con una amplia playa y bares y restaurantes en su costa. A un kilómetro, en su interior, una vida más de pueblo con casas y hostales a uno y otro lado de la Nacional, como he mencionado más arriba.

   - TAVIRA: Primera localidad viniendo desde España de visita obligada. Es tranquila y agradable, separada en dos barrios por el río. Merece la pena perderse por sus callejuelas de casas blancas,  descubrir su plazas y cruzar el Puente Viejo
 
 
  Tavira además cuenta con una playa en una isla, la llamada Ihla de Tavira. Un arenal de 10 km. de largo que forma parte del Parque Nacional de Ria Formosa. Para llegar a esta lengua de arena hay dos opciones: tomar una barca desde el muelle sobre el río, o desplazarse a la cercana pedanía de Santa Luzía y tomar un trenecito (1,20€ por trayecto), que nos llevará a la zona más occidental de la Isla. Podremos dejar el coche con suerte en los márgenes de la carretera de donde sale el tren.   
 
  
  Si nos decidimos por esta opción, una vez en la playa (tiene varios chiringitos), podemos caminar un poco y alejarnos lo suficiente para estar completamente solos. La recompensa será un paisaje como este:
 
  
 

    - FARO: Es la ciudad capital del Algarve, grande para lo que son las localidades en el Algarve. Como otras, tiene calles peatonales y grandes plazas y avenidas. Merece la pena ver la Catedral () y el Arco Da Vila, una de las puertas de acceso a la ciudad, y poco más. En verano resulta algo tedioso por el calor recorrer sus calles.

 
  En la línea de la Ihla de Tavira; Faro también tiene su Ihla de Faro. Para llegar a la playa, extenso arenal, hay que tomar una carretera muy transitada, en la que se genera cierto atasco por un estrechamiento de la calzada justo al llegar a la playa. La última hora de la tarde es la más cocurrida, ya que también hay restaurantes en la playa y mucha gente acude allí a cenar. A cambio, podremos ver un bello atardecer en el margen derecho si nos encontramos con el mencionado atasco:
 
 
 
 
   - ALBUFEIRA: Es algo así como el Benidorm del Algarve, en cuanto a turismo se refiere. Impresiona cuando se descubre, si se ha venido visitando las localidades más tranquilas desde España. Mucho guiri por tanto, pero también aspectos destacables. Posee una curiosa y pintoresca orografía elevada, lo que hace que muchos rincones y miradores sean punto de encuentro de turistas cámara en mano. Tiene numerosas playas, pero además un casco antiguo repleto de vida, callejuelas de casas blancas, comercios de souvenirs, restaurantes, tiendas... recuerda un poco al casco antiguo de Altea en Alicante.
   Al tratarse de un destino de turismo internacional, la oferta en hosteleria y restauración es amplia y orientada hacia los turistas ingleses y alemanes especialmente. Hay una calle a la que se llama "la calle de los bares", llena de pubs de tipo británico.
  Como decía, la estampa visual impresiona en aspectos como el ascensor acristalado para bajar al playa más grande de Albufeira, la Praia do Peneco. 
 
 
 
 Si continuamos el camino, nos encontraremos unas escaleras mecánicas que, además de hermosas vistas, nos darán acceso a otra gran playa, la Praia de Inatel 
 
 
 
  A no ser que os gusten los grandes arenales a rebosar de gente, os recomiendo lo mejor de Albufeira: Praia dos Aveiros y Praia de Oura: La segunda una cala grande y edificada, y la primera una pequeña cala donde reina la tranquilidad, y donde podréis alejaros un poco para divisarla mejor si optais por caminar por la ladera rocosa:  
 
 
  Como ya mencioné en otra entrada, cuidado con el mar, la marea sube progresivamente conforme avanza el día y es fácil que en estas calas acabéis sorprendidos y con la toalla empapada si estáis tumbados en la arena. Las hamacas de alquiler son una buena opción y ofrecen el aliciente de la sombra para los que no gusten tanto de broncearse o tengan piel delicada. El sol pega fuerte aquí.  
 
 
 
     - PORTIMAO: Ciudad importante por la pesca y el turismo, tiene un desarrollo en barrios que se extienden hacia el litoral con edificios que recuerdan mucho a los de la costa levantina en España. Por tanto, poco interés en ese aspecto, más sí en sus playas. Praia da Rocha, grande y edificada y sin mucho encanto. Suele tener actividades musicales y animación en verano.
  Para ver playas con encanto, no edificadas y con rocas, tenemos que ir a las siguientes: Praia Tres Castelos, Praia de Vau, Praia Careanos, donde las formaciones rocosas han hecho uno pasos naturales en la roca a modo de puertas, por donde todo el mundo gusta de pasar y fotografiarse. A esta corresponden las siguientes fotografías:
 
 

 
 
 
     - LAGOS:  Ciudad amurallada cargada de historia, merece una visita. Mucho más tranquila que Albufeira, se puede sentir paseando por sus calles el pulso lento de la vida en el Algarve. Cuenta con rincones atractivos y calles casi desiertas en cuanto nos alejemos del centro. Destacar su muralla, el Forte da Ponta da Bandeira o la  Praça  Infante Dom Henrique
 
 
 
 
 
  Como Portimao, lo mejor de Lagos se encuentra en sus playas. Las hay en el núcleo urbano, como Praia Batata o Meia Praia, o más alejadas requiriendo coger el coche, pero excepcionalmente singulares, como Praia Dona Ana, Praia do Camilo o Praia do Pinhao.
  Destacar la primera y segunda, comunicadas, por su singularidad y fotogenia. Hay que bajar unas escaleras que no son costosas, y a cambio nos encontraremos en una preciosa cala de aguas claras, en donde se puede ir nadando a una formación rocosa donde los más atrevidos se suben a lo alto. Sin llegar a ese punto de valentía, si nos acercamos nadando a esta roca, divisaremos la pequeña cala do Camilo justo al lado, en una panorámica impagable de ambas.  
 
 
 
  Indispensable en un viaje al Algarve, y si estamos en la localidad de Lagos, es visitar la zona del Faro Ponta da Piedade, a 3 km de Lagos. Un paraje este espectacular, en el que nos maravillaremos según nos acerquemos a uno u otro lado del acantilado y veamos repartidos en el mar islotes de piedra formando cuevas de singular belleza. Hay una escalera para descencer si se desean paseos en barca por las diversas cuevas y grutas.
 
 
 

 
 
 
 
     - SAGRES Y CABO SAN VICENTE:  En su extremo occidental, la costa se torna acantilado, paisaje más agreste y localidades ajenas a turismo de masas. Debemos saber que en Sagres y el cercano Cabo de San Vicente (los separa una carretera de 6 km.), hace mucho viento, la temperatura es considerablemente inferior a la del resto del Algarve y las sensaciones pueden ser algo extrañas. Sagres es un pequeño pueblo de apenas 2000 habitantes, que se vertebra a uno y otro lado de la carretera. Es zona de surfistas y hippies, de amantes del viento y de viajeros desapegados a las comodidades y masificación de otras partes de Algarve. Insisto en lo del viento, conviene estar prevenidos o informarse de las previsiones, porque si sopla fuerte la sensación es algo desagradable, acrecentado por un paisaje en el que abundan los acantilados y las playas salvajes y en el que, llegado al límite del Cabo San Vicente, ya no hay nada más, sólo el inmenso océano.
  En Sagres hay dos fortalezas que se pueden visitar, una es de pago.
  Las playas, salvo Praia de Mareta y Praia  Martinal,  largos arenales, son de acceso complejo, con escaleras. Es el caso de Praia Beliche o Praia Tonel.
  La belleza de la zona es singular y en estado puro. En el Cabo San Vicente dicen que se ven las puestas de sol más bellas de Europa. Es habitual que se congregue mucha gente a despedir el día viendo cómo el astro se oculta en el inmenso océano. Suele refrescar mucho incluso en verano, por lo que es necesario llevar algo de ropa de abrigo.  
 
 

 

 
 
 
 

OTROS RINCONES INTERESANTES DEL ALGARVE




  Además de los mencionados enclave turísticos y de obligada visita del Algarve, cabe mencionar otros rincones menos conocidos pero con mucho encanto y que, si el tiempo nos lo permite, no debemos dejar de visitar:

    - CARVOEIRO: Entre Portimao y Albufera, es este un pequeño pueblo encajonado en el acantilado, tremendamente pintoresco, y por el que merece la pena darse un paseo y visitar su playa. Subiendo por una cuesta lateral obtendremos las mejores vistas.
 


 



    -  NOSSA SENHORA DA ROCHA: Se puede aprovechar la visita a Carvoeiro para acercarse a este bonito enclave. En lo alto de un promontorio, rodeado de dos preciosas playas, se eleva una ermita blanca.
 

 


 
 
 
 
 
     - VALE DO LOBO: Entre Faro y Albufeira, esta pequeña localidad rodeada de campos de golf es casi una urbanización gigante, la más lujosa del Algarve. Si os gusta ver villas y chalets de ensueño, cochazos y exclusividad, merece la pena darse un paseo por aquí. Se respira tranquilidad. El ambiente es de un turismo europeo de lujo, familias con niños rubitos, etc... Tiene una agradable playa con varios restaurantes de distinto tipo de cocina y precios. Se puede comer unos sandwiches o algún plato ligero a  buen precio.  También hay un gran restaurante de comida oriental.
 
 
 
 
 
 
 
 
      - LOULE:  En el interior entre Faro y Albufeira, esta tranquila localidad desprende la esencia del día a día de los portugueses. Tiene un mercado en un edificio neomudejar del siglo XIX, que es lo más singular del lugar. Las calles que lo rodean tienen su encanto. Es una localidad que bien merece una visita por la tarde, aunque no muy entrada esta o encontraremos el mercado cerrado.
 
 
 
 
 
  - Otras localidades que pueden merecer una visita si disponemos de tiempo sobrante son la pequña Quarteira, en la costa y cerca de Loulé. Lagoa, cerca de la frontera con España. Olhao, en la costa y cerca de Faro. O Silves, en el interior y entre Portimao y Albufeira.